Así es la ley, hay un ángel hecho para mí, te conocí, el tiempo se me fue, tal como llegó. Pasé por todo sin pasar, te amé sin casi amar,y al final quién me salvo, el ángel que quiero yo. De nuevo tú te cuelas en mis huesos, dejándome tu beso junto al corazón, y otra vez tú abriéndome tus alas, me sacas de las malas, rachas de dolor, por que tú eres el ángel que quiero yo.Cuando estoy fatal, ya no sé qué hacer ni a dónde ir, me fijo en ti, y te siento cerca pensando en mi, el cuerpo se me va, hacia donde tú estás,mi vida cambió, el ángel que quiero yo.

viernes

El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.