Así es la ley, hay un ángel hecho para mí, te conocí, el tiempo se me fue, tal como llegó. Pasé por todo sin pasar, te amé sin casi amar,y al final quién me salvo, el ángel que quiero yo. De nuevo tú te cuelas en mis huesos, dejándome tu beso junto al corazón, y otra vez tú abriéndome tus alas, me sacas de las malas, rachas de dolor, por que tú eres el ángel que quiero yo.Cuando estoy fatal, ya no sé qué hacer ni a dónde ir, me fijo en ti, y te siento cerca pensando en mi, el cuerpo se me va, hacia donde tú estás,mi vida cambió, el ángel que quiero yo.

martes

A diario interactuamos con ciegos, con sordos y con mudos. Lo más irónico es que no nos damos cuenta, pues ante los ojos de un ciego no ve al otro ciego, ante los oídos de un sordo no escucha al otro sordo y no podemos hablarle al otro mudo. Que ironías las que mi mente recrea, pero entiendo que es una realidad. Todos somos parte de esta ceguera, sordera o mudez.Vivimos en un mundo que abundan los ciegos, sordos y mudos.Cuando escuchamos un padre maltratando el hijo, cerramos la ventana, o nos volteamos en la cama. Y es que nos conmueve el sufrimiento de un niño que le están pegando sin misericordia como si hubiese sido el culpable de un asesinato. O acaso los golpes son el efecto de desahogo de un padre que no sabe como enseñar. Para ser ciego , mudo o sordo no es necesario nacer con un problema , sino que con los años , cada perdona crea su utopia y su sordera , mudesa y ceguera.